La siguiente es una entrevista a la poeta y filósofa mapuche Daniela Catrileo realizada por Sophia
Boddenberg, publicada en alemán en el sitio Blickpunkt Lateinamerika,
el 1 de marzo de 2018, bajo el título
"Indigene Frauen erleben mehrfache
Unterdrückung". Aquí va el enlace para acceder a la publicación en Alemania:
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ENTREVISTA
SOPHIA BODDENBERG: Daniela
Catrileo es mapuche, filósofa, poeta
y feminista. Nacida y criada en la capital chilena, Santiago, su padre proviene
del sur de Chile y pertenece al pueblo mapuche.
Como la mayoría de los mapuche que se
mudaron a la ciudad, él intentó durante mucho tiempo ocultar su identidad mapuche a causa de la discriminación.
Daniela Catrileo trabaja este trauma en su poesía –entre muchos otros temas.
Ella reflexiona sobre la identidad de los mapuche
de la ciudad y la múltiple discriminación que experimentan las mujeres
indígenas. También es miembro de un colectivo mapuche feminista.
¿Cómo es para ti
vivir como mapuche en la ciudad?
DANIELA CATRILEO: Los mapuche que vivimos en la ciudad nos llamamos afectuosamente la “mapuchada”.
Lo que significa que hay algo que nos une, ante todo la solidaridad con los lamgnen (hermanos y hermanas) del sur,
que luchan con los casos de montajes policiales, con procesos judiciales y con
el empobrecimiento de sus comunidades. Organizamos eventos constantemente para
recaudar dinero para ellos y allí aprendemos a conocernos.
También
conocí a través de la escritura a otros lamgnen
que son poetas. De modo que hemos construido una familia, que está dispersa,
por cierto, pero nos reconocemos como mapuche.
Desde este aspecto político de la resistencia siempre hemos encontrado alianzas
y conexiones con grupos que apoyan la lucha del pueblo mapuche. Soy parte del colectivo “Rangiñtulewfü”, que significa “entre ríos”. Es un colectivo mapuche feminista. Estamos más en un
proceso de cuestionamiento que en la certeza de decir que somos feministas.
Nos
encontramos en constante cambio. Lo que mantenemos es nuestra perspectiva de un
feminismo decolonial, un feminismo interseccional que analiza diversas formas
de opresión. Esto tiene que ver con nuestro territorio, nuestra gente, nuestra
lengua y la lucha de las mujeres indígenas. Colectivamente, todos nos
consideramos champurria, es decir,
que somos una mezcla, una encrucijada de identidades que se confunden. De ahí
también viene el nombre “entre ríos”.
¿Qué significa para
ti ser mapuche y mujer?
Ser
mapuche y ser mujer son para mí
decisiones políticas. Esto tiene que ver con involucrarse en una idea y luchar
por ella. Levantar la voz, aquellos que nunca tuvieron voz. Las mujeres mapuche nunca pudieron alzar la voz,
nadie las escuchó y fueron oprimidas por diversos modos de violencia. Pero
nuestro pueblo no está muerto. Somos un pueblo con siglos de cultura.
Las
mujeres mapuche en la ciudad somos
diferentes de las mujeres que crecieron en comunidades y que pudieron
mantener su cosmovisión, espiritualidad, costumbres e idioma. Nosotros en la
ciudad experimentamos otro proceso, estudiamos, llegamos a conocer el
feminismo. Pero no queremos cerrarnos en un feminismo que no piense más que en
el final del patriarcado, sino que queremos responder a las diversas formas de
opresión que experimentamos como cuerpos indígenas. Y estos son problemas muy
diferentes a los que tienen otras mujeres en el mundo.
¿De qué formas de
opresión estás hablando?
En
primer lugar, está el sistema económico, que se ocupa con avidez e incondicionadamente
de los pueblos indígenas. Es un sistema depredador y extractivista que destruye
la naturaleza y los lugares que tienen un significado espiritual para nuestra
gente. Pero hay otros tipos de violencia colonial que experimentan nuestros
cuerpos. Están la discriminación de larga data, el genocidio cultural y
político. Nunca fuimos reconocidos como personas. Hasta la fecha, ningún
gobierno ha cambiado nada. Hay algo que continúa durante los años y no termina,
una guerra desigual. Pues no tenemos los mismos medios que el Estado, las
fuerzas militares y las compañías.
Y
las mujeres que enfrentan estas estructuras a menudo permanecen solas en las
comunidades porque sus maridos están siendo secuestrados o arrestados bajo la
Ley Antiterrorista. Las mujeres también experimentan violencia basada en su
género en medio de nuestra cultura. La violencia colonial fue herencia en medio
de las culturas indígenas. De modo que la mujer indígena experimenta una
variedad de violencia y opresión.
Entonces, ¿dirías
tú que el patriarcado se ha establecido con la colonización o que la cultura mapuche ha sido patriarcal desde antes?
Yo
diría que se ha intensificado. No creo que hubiera un patriarcado en el nivel
que experimentamos después de la colonización. Pues hay una ideología detrás de
esto: los gobernantes coloniales llegaron aquí con una ideología cristiana, que
colocó a las mujeres en una posición subordinada. En aquel tiempo fue la caza
de brujas en Europa y, con esta forma de pensar, los conquistadores llegaron a
América Latina. Ellos veían a la mujer como subordinada del hombre. Esta
desigualdad de género se estableció en una cultura que también tenía
estructuras patriarcales. Y así se hizo más y más fuerte hasta el punto donde
hoy nos encontramos.
¿Cómo llegaste a la
poesía?
Escribir
es una de las cosas más importantes en mi vida. Es lo que soy, lo que me
posiciona aquí en el mundo. Desde que aprendí a escribir, no he dejado de
hacerlo. Creo que es muy importante para nosotros escribir, y con ello poder contar
nuestras historias, que no se cuentan en otros lugares. La poesía es
anticapitalista para mí. Sólo unas pocas personas pueden vender poesía. No es
masivo, pero es un buen gesto para nadar contra la corriente. Eso me llena.
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Traducción
del alemán al español por Gonzalo Díaz Letelier.