domingo, 8 de abril de 2018

Entrevista a la poeta y filósofa Daniela Catrileo (1 de marzo de 2018).


La siguiente es una entrevista a la poeta y filósofa mapuche Daniela Catrileo realizada por Sophia Boddenberg, publicada en alemán en el sitio Blickpunkt Lateinamerika, el 1 de marzo de 2018, bajo el título "Indigene Frauen erleben mehrfache Unterdrückung". Aquí va el enlace para acceder a la publicación en Alemania:


El siguiente texto es un juego de re-traducción que he hecho del alemán al español, pues primero la entrevista en español fue traducida al alemán.




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ENTREVISTA


SOPHIA BODDENBERG: Daniela Catrileo es mapuche, filósofa, poeta y feminista. Nacida y criada en la capital chilena, Santiago, su padre proviene del sur de Chile y pertenece al pueblo mapuche. Como la mayoría de los mapuche que se mudaron a la ciudad, él intentó durante mucho tiempo ocultar su identidad mapuche a causa de la discriminación. Daniela Catrileo trabaja este trauma en su poesía –entre muchos otros temas. Ella reflexiona sobre la identidad de los mapuche de la ciudad y la múltiple discriminación que experimentan las mujeres indígenas. También es miembro de un colectivo mapuche feminista.

¿Cómo es para ti vivir como mapuche en la ciudad?

DANIELA CATRILEO: Los mapuche que vivimos en la ciudad nos llamamos afectuosamente la “mapuchada”. Lo que significa que hay algo que nos une, ante todo la solidaridad con los lamgnen (hermanos y hermanas) del sur, que luchan con los casos de montajes policiales, con procesos judiciales y con el empobrecimiento de sus comunidades. Organizamos eventos constantemente para recaudar dinero para ellos y allí aprendemos a conocernos.

También conocí a través de la escritura a otros lamgnen que son poetas. De modo que hemos construido una familia, que está dispersa, por cierto, pero nos reconocemos como mapuche. Desde este aspecto político de la resistencia siempre hemos encontrado alianzas y conexiones con grupos que apoyan la lucha del pueblo mapuche. Soy parte del colectivo “Rangiñtulewfü”, que significa “entre ríos”. Es un colectivo mapuche feminista. Estamos más en un proceso de cuestionamiento que en la certeza de decir que somos feministas.

Nos encontramos en constante cambio. Lo que mantenemos es nuestra perspectiva de un feminismo decolonial, un feminismo interseccional que analiza diversas formas de opresión. Esto tiene que ver con nuestro territorio, nuestra gente, nuestra lengua y la lucha de las mujeres indígenas. Colectivamente, todos nos consideramos champurria, es decir, que somos una mezcla, una encrucijada de identidades que se confunden. De ahí también viene el nombre “entre ríos”.

¿Qué significa para ti ser mapuche y mujer?

Ser mapuche y ser mujer son para mí decisiones políticas. Esto tiene que ver con involucrarse en una idea y luchar por ella. Levantar la voz, aquellos que nunca tuvieron voz. Las mujeres mapuche nunca pudieron alzar la voz, nadie las escuchó y fueron oprimidas por diversos modos de violencia. Pero nuestro pueblo no está muerto. Somos un pueblo con siglos de cultura.

Las mujeres mapuche en la ciudad somos diferentes de las mujeres que crecieron en comunidades y que pudieron mantener su cosmovisión, espiritualidad, costumbres e idioma. Nosotros en la ciudad experimentamos otro proceso, estudiamos, llegamos a conocer el feminismo. Pero no queremos cerrarnos en un feminismo que no piense más que en el final del patriarcado, sino que queremos responder a las diversas formas de opresión que experimentamos como cuerpos indígenas. Y estos son problemas muy diferentes a los que tienen otras mujeres en el mundo.

¿De qué formas de opresión estás hablando?

En primer lugar, está el sistema económico, que se ocupa con avidez e incondicionadamente de los pueblos indígenas. Es un sistema depredador y extractivista que destruye la naturaleza y los lugares que tienen un significado espiritual para nuestra gente. Pero hay otros tipos de violencia colonial que experimentan nuestros cuerpos. Están la discriminación de larga data, el genocidio cultural y político. Nunca fuimos reconocidos como personas. Hasta la fecha, ningún gobierno ha cambiado nada. Hay algo que continúa durante los años y no termina, una guerra desigual. Pues no tenemos los mismos medios que el Estado, las fuerzas militares y las compañías.

Y las mujeres que enfrentan estas estructuras a menudo permanecen solas en las comunidades porque sus maridos están siendo secuestrados o arrestados bajo la Ley Antiterrorista. Las mujeres también experimentan violencia basada en su género en medio de nuestra cultura. La violencia colonial fue herencia en medio de las culturas indígenas. De modo que la mujer indígena experimenta una variedad de violencia y opresión.

Entonces, ¿dirías tú que el patriarcado se ha establecido con la colonización o que la cultura mapuche ha sido patriarcal desde antes?

Yo diría que se ha intensificado. No creo que hubiera un patriarcado en el nivel que experimentamos después de la colonización. Pues hay una ideología detrás de esto: los gobernantes coloniales llegaron aquí con una ideología cristiana, que colocó a las mujeres en una posición subordinada. En aquel tiempo fue la caza de brujas en Europa y, con esta forma de pensar, los conquistadores llegaron a América Latina. Ellos veían a la mujer como subordinada del hombre. Esta desigualdad de género se estableció en una cultura que también tenía estructuras patriarcales. Y así se hizo más y más fuerte hasta el punto donde hoy nos encontramos.

¿Cómo llegaste a la poesía?

Escribir es una de las cosas más importantes en mi vida. Es lo que soy, lo que me posiciona aquí en el mundo. Desde que aprendí a escribir, no he dejado de hacerlo. Creo que es muy importante para nosotros escribir, y con ello poder contar nuestras historias, que no se cuentan en otros lugares. La poesía es anticapitalista para mí. Sólo unas pocas personas pueden vender poesía. No es masivo, pero es un buen gesto para nadar contra la corriente. Eso me llena.

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Traducción del alemán al español por Gonzalo Díaz Letelier.

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